El Anturio, una planta fascinante, tiene su origen en los bosques de América del Sur y Central, y pertenece a la familia botánica Araceae. Dentro de esta familia, forma parte de un género que es realmente complejo e importante en el mundo de la horticultura. Es una planta apreciada por su belleza y singularidad.
¿Qué hace que el anturio sea tan especial y atractivo? ¿Cómo puedes cuidar adecuadamente esta belleza tropical para que florezca y luzca su esplendor durante todo el año? De todo ello hablaremos en este artículo.
Variedades destacadas
Dentro de la amplia diversidad de anturios, dos variedades suelen destacar en el mercado.
- El Anthurium andreanum es una de las variedades más notables. Se caracteriza por su impresionante envergadura y sus grandes y llamativas flores. Estas pueden presentarse en una variada paleta de colores, como el rojo, rosa o blanco.
Lo más distintivo de esta especie es su espata gruesa y brillante, que se pliega formando un elegante corazón, rodeando un espádice de tonalidad amarilla. También destaca por su follaje, de un intenso color verde oscuro y una forma que también se asemeja a un corazón. - El Anthurium scherzerianum es otra variante muy apreciada. Aunque más pequeño y compacto en comparación con la variedad anterior, es conocido por su generosa floración.
Sus flores son generalmente de vibrantes tonos de rojo, lo que aporta un toque de vitalidad a cualquier espacio. Al igual que el Anthurium andreanum, esta variedad presenta una espata que forma un llamativo corazón, resaltando la singularidad de esta planta.
Cuidados básicos de los anturios en maceta
¿Tienes un hermoso anturio en maceta en tu hogar y te preguntas cómo mantenerlo saludable y radiante? A continuación hablaremos de los cuidados básicos que tu anturio necesita para crecer saludablemente.
Exposición al sol
Los anturios son plantas especiales que demandan atención delicada. Para que florezcan en plenitud, es fundamental seleccionar la ubicación adecuada. Estas joyas botánicas se sienten más cómodas en lugares bien iluminados, pero evita la luz solar directa, ya que puede resecar sus hojas y obstaculizar la floración.
Además, ten en cuenta que estas plantas no toleran bien ambientes secos en interiores. Prefieren una humedad constante, lo que significa que debes rociarlas de agua regularmente sobre sus frondosas hojas. Este simple acto puede marcar la diferencia en la salud de tu anturio.
Un dato importante: si empiezas a notar manchas amarillas en las hojas, podría ser un signo de que has exagerado con el riego. Ajusta la cantidad de agua que rocías para mantener un equilibrio saludable.
Riego adecuado
El riego de tu anturio debe ser regular pero cuidadoso. Lo ideal es que la capa superior de la tierra esté seca antes de volver a regar. Lo que se traduce en que debes regarlo aproximadamente una vez por semana. Evita que la tierra se seque completamente, ya que esto podría poner en peligro la salud de tu planta.
Calidad del agua
El tipo de agua que uses es importante. El anturio no es “fanático” del agua dura con alto contenido de cal que sale de nuestros grifos. Si es posible, utiliza agua de lluvia o agua filtrada para riego. Además asegúrate de que el agua esté a temperatura ambiente, ya que cambios bruscos de temperatura pueden estresar a la planta.
Estacionalidad del riego
Durante el otoño y el invierno, cuando el anturio entra en su período de reposo vegetativo, debes reducir ligeramente la frecuencia de riego. Espera hasta que la tierra esté seca unos centímetros antes de volver a regar, siempre utilizando agua a temperatura ambiente.
Poda mínima
El anturio no requiere poda regular a lo largo del año. Solo necesitas retirar las flores marchitas a medida que aparezcan. Esto fomentará un crecimiento saludable y continuo.
Fertilización adecuada
Si deseas que tu anturio florezca exuberantemente, lo ideal es que le apliques un fertilizante líquido cada 15 días durante su período de floración. Esto suele ocurrir durante los meses de verano, pero en condiciones óptimas, la planta puede florecer durante todo el año.
Temperatura ideal
El anturio es una planta que se adapta bien a las condiciones de temperatura en interiores. Para su óptimo crecimiento y desarrollo, es recomendable mantener una temperatura constante en el rango de 18°C a 21°C a lo largo de todo el año. Estas condiciones climáticas son generalmente las que se encuentran en la mayoría de los hogares y apartamentos, por lo que el anturio se sentirá cómodo en el interior.
Si en algún momento deseas llevar tu anturio al exterior, es importante tener en cuenta que esto solo es aconsejable durante los meses de mayo a septiembre. Durante este período, las temperaturas al aire libre suelen estar en sintonía con las preferencias térmicas de la planta, lo que le permitirá prosperar en su entorno natural.
Es crucial evitar exponer el anturio a temperaturas extremadamente frías o calurosas, ya que esto podría perjudicar su salud y desarrollo.
Trasplante de la planta
Trasplantar tu anturio es esencial para garantizar que florezca de manera óptima. Es recomendable realizar esta operación cada dos años, preferiblemente durante la primavera. Al hacerlo, debes seleccionar una maceta que tenga un agujero en la base y que sea ligeramente más grande en diámetro que la maceta actual, pero no excesivamente grande. Un 20% es una buena aproximación.
Para promover un buen drenaje en la maceta, es aconsejable colocar una capa de bolas de arcilla o grava de unos centímetros en el fondo. Esto ayudará a evitar que las raíces se acumulen en agua estancada, lo que puede ser perjudicial para la salud de la planta.
¿Qué hacer si las hojas del anturio cambian de color?
- Anturio con hojas marrones: Cuando notes que los bordes y puntas de las hojas de tu anturio comienzan a mostrar un tono marrón, esto suele ser signo de que algo no va bien con el riego de tu planta, ya que es una planta muy sensible a la cantidad de agua que recibe.
La decoloración marrón en las hojas puede ser causada por un exceso o por falta de agua. El exceso de agua puede provocar pudrición de las raíces, lo que da como resultado hojas marrones y marchitas. Por otro lado, la falta de agua puede causar que las hojas se sequen y se vuelvan marrones en los bordes. Es un delicado equilibrio. - Anturio con hojas amarillas: Este cambio en el color de las hojas puede deberse a varias razones, pero la más común es la exposición excesiva al sol. Revisa la ubicación de tu planta. Si está expuesta a la luz solar directa durante largos períodos del día, es probable que esté recibiendo demasiada luz.
En este caso te recomendaría trasladar el anturio a un lugar donde reciba luz indirecta brillante o ubicarlo a aproximadamente un metro de la ventana para reducir la intensidad de la luz solar.
No dudes en retirar las flores marchitas y las hojas viejas y amarillas. Retirarlas ayudará a estimular el crecimiento de nuevas hojas y flores en la planta. Utiliza tijeras de podar limpias para cortar estas partes en mal estado, asegurándote de no dañar las hojas y flores saludables en el proceso. - Anturio con hojas verdes: Si notas que tu anturio está produciendo flores verdes que no cambian de color, es probable que esté recibiendo poca luz. Sería recomendable trasladarlo a un lugar más cercano a la ventana donde pueda recibir luz indirecta brillante.
- Anturio con hojas marchitas o arrugadas: Las hojas marchitas o arrugadas son indicadores evidentes de que tu anturio está deshidratado. Para mantener esta planta en su mejor estado, es esencial proporcionarle la cantidad correcta de agua en cada estación del año.
Durante los meses de verano, cuando la planta está en pleno crecimiento, se recomienda regar el anturio con aproximadamente un vaso de agua. Sin embargo, en la temporada de invierno, es crucial reducir la frecuencia y la cantidad de riego. No excedas más de medio vaso de agua por semana en esta estación. - Hojas demasiado grandes, amarillentas o marrones: En este caso, por norma general es que el anturio está recibiendo demasiado fertilizante. Es mejor tener muy poco fertilizante que demasiado. Para la dosis correcta, mira el envase y nunca excedas la dosis indicada.