Muchas veces se habla de que la realidad supera a la ficción y esto es algo que toma una nueva dimensión cuando hablamos de la naturaleza. Esta nos sorprende a menudo con sus procesos, sus increíbles formas o sus modos de subsistencia más primitivos.
Solo pensando en las plantas y flores ya podemos encontrar una muestra de ello muy reveladora. Existen miles y miles de ellas, tantas que todavía se realizan nuevos hallazgos cada cierto tiempo que sorprenden a los expertos en este ámbito.
Mientras que el ojo humano está acostumbrado a ciertas especies, otras están en peligro de extinción y casi no se ven en los entornos cotidianos. Otras tantas crecen en condiciones muy particulares y solo unos pocos privilegiados han podido observarlas.
¿Te interesa saber un poco más de las rarezas que nos ofrecen los entornos naturales? Entonces, te encantará conocer esta lista que hemos elaborado con las plantas más extrañas del mundo que pocas personas conocen. A continuación, te las mostramos.
Lista con las plantas más raras del mundo
¿Sabías que hay más de 300 mil especies de plantas registradas en todo el mundo? Solo con conocer esta cifra, ya te habrás dado cuenta de que la mayoría de las personas solo hemos visto un porcentaje insignificante de ellas. No obstante, se trata de seres vivos que tienen un papel fundamental en el ecosistema y en la supervivencia de los animales, algo que nos influye de forma directa.
Esto significa que en ciertas zonas, por ejemplo, de clima tropical, hay un gran abanico de especies extrañas que viven en unas condiciones determinadas y que muy pocas personas conocen. Hemos elaborado una selección con las más raras y exóticas que se encuentran en nuestro planeta para que tengas el privilegio de saber de su existencia. Adéntrate en este mundo natural tan desconocido e imprescindible.
Wolffia Arrhiza
La particular planta que encabeza la lista es capaz de pasar desapercibida para muchas personas, aunque se encuentren junto a ella, pues se trata de la más pequeña que se conoce. Con su diámetro de entre 8,8 y 13 milímetros y un peso total de 0,5 gramos consigue que el ojo humano la obvie totalmente en su campo de visión. Es difícil que llegues a encontrarte con ella porque suele crecer en diferentes zonas de Australia y Malasia. Además, es comestible y tiene un valor nutricional muy similar al de una sopa.
Flor Kadupul
Vamos a hablar en este caso de una flor que suele darse originalmente en Sri Lanka y que también ostenta otro mérito importante: es la más cara del mundo. Florece durante un periodo de tiempo tan breve que muy pocas personas han podido percibir este fenómeno justo en el momento adecuado, por lo tanto, tener un ejemplar es muy valioso. Lo que hace es abrirse para mostrar al exterior sus pétalos cuando llega la media noche y, pasadas unas horas, al alba, ya se marchitará por completo.
Dracaena Cinnabari
Hablamos en este caso del conocido como árbol del dragón, una planta que solo podrás disfrutar si te desplazas a la isla de Socotra o, en menor medida, a algún punto de las islas Canarias. Su aspecto es muy particular, pues parece sacada totalmente de un cuadro impresionista, de la imaginación de un artista. En su interior tiene una resina que es de color rojo y que es denominada como la sangre del dragón. Esta es tradicionalmente aplicada con fines medicinales y se extrae únicamente una vez al año. Se trata de un árbol con elevada carga mitológica por lo que nos ofrece y por su característico aspecto.
Epipogium aphyllum
Conocida como la orquídea fantasma, la epipogium aphyllum es una rareza de la naturaleza porque se trata de una flor que no tiene hojas y tampoco emplea la fotosíntesis, común a todas las plantas que conocemos. Es una pieza muy elegante, pues dispone de un tallo alargado y muy fino del que brotan los pétalos casi como si se elevaran en el aire en plena suspensión.
Amorphophallus Titanium
El “aro gigante” o la “flor cadáver” es la que está considerada, hasta donde los humanos conocemos, como la más grande del mundo. Uno de los ejemplares puede llegar casi hasta los 3 metros de altura, superando con creces lo que puede medir una persona. Se desarrolla en zonas de selva tropical en las que encuentra las condiciones lo suficientemente favorecedoras para crecer de esta forma. Por otro lado, su sobrenombre se debe a una de sus cualidades menos atractivas, y es que desprende un olor de lo más desagradable que recuerda mucho al de la carne podrida.
Rafflesia arnoldii
De la más alta nos vamos a la más pesada: Rafflesia arnoldii, una flor gigante que puede sumar hasta 11 kilos. Es de un llamativo color rojo que capta toda la atención a su alrededor y se trata de una especie característica de Indonesia. Como ocurre con la planta anterior, su olor es extremadamente desagradable porque es capaz de guardar en su interior una gran cantidad de microorganismos diferentes.
Mimosa Pudica
La mimosa sensitiva o vergonzosa tiene una personalidad muy particular para ser una planta, pues si se pretende tocar sus hojas estas van a contraerse para evitarlo. Se trata de un insólito mecanismo que emplea contra los depredadores que puedan ir a atraparla y que la humaniza muchísimo. Tiene un aspecto muy bonito, con un tallo verde maravilloso y unos pétalos malva que parecen de revista. Es originaria de la América tropical y no se suele ver fuera de sus fronteras.
Hoya wax
Se denomina flor de cera a esta fantástica planta que, por supuesto, hace honor a su nombre con el aspecto que nos presenta. Aunque parece que sale de un decorado, lo cierto es que esta flor de tallo grueso y textura extraña es parte de la naturaleza. Se puede encontrar en Australia y en Asia y se trata de una planta que es de tipo trepadora, pues sus tallos son capaces de extenderse hasta los 6 metros. En este caso, sí nos va a deleitar con un estupendo aroma que alegra el ambiente.
Dracula simia
La orquídea drácula despierta sensaciones bastante encontradas, pues no sabemos si nos infunde fascinación o terror. Muestra una de las formas más extrañas que nos ofrece la naturaleza, pues la flor puede recordar a un murciélago o a un mono. Curiosamente, se puede encontrar en muchos colores y variantes diferentes en diversas zonas de Ecuador y Perú. No es tan tradicional como se pueda pensar, pues no fue descubierta entre la vegetación hasta el año 1978 cuando un botánico chileno se percató de su existencia y se quedó perplejo con su aspecto.